Una prótesis dental fija es una restauración que ha sido fabricada a medida de la boca del paciente para reemplazar la función de los dientes que se han perdido o están dañados, debido al motivo que sea (periodontitis, caries, fracturas…).
Por tanto, las prótesis fijas pueden colocarse sobre los dientes naturales del paciente -en el caso de que estos estén dañados- o sobre implantes dentales -en el caso de que los dientes se hayan perdido-.
Las prótesis dentales fijas están recomendadas en personas adultas que han perdido o tienen dañados algunos de sus dientes. No obstante, estás prótesis están contraindicadas en pacientes menores de 18-21 años, aproximadamente.
Esto se debe a que a esa edad aún no se ha completado el desarrollo óseo y dental, por lo que no se recomienda colocar ningún tipo de prótesis de manera fija o definitiva.
A continuación, vamos a explicar cuáles son los principales tipos de prótesis fijas:
La corona -también llamada coloquialmente funda– es un tipo de prótesis dental fija al que se recurre cuando es un solo diente el que está dañado.
Normalmente, para colocarla es necesario tallar el diente sobre el que se va a poner la corona. De esta manera, se genera el espacio para poder ajustarla/colocarla sobre la pieza dental a restaurar.
En definitiva, lo que consigue la corona es “cubrir” una pieza dental que está deteriorada para protegerla, evitar que sufra un daño mayor y recuperar su funcionalidad.
Un puente es un tipo de prótesis fija al que se recurre para restaurar uno o varios dientes.
Normalmente, para colocarlo es necesario tallar los dos dientes adyacentes a la pieza dental dañada o perdida. De esta manera, se reduce su volumen y se crea el espacio necesario para colocar el puente.
En este punto, conviene repasar los dos elementos principales por los que está formado el puente:
Tal y como su propio nombre indica, la prótesis completa tiene como objetivo sustituir todos los dientes de la arcada superior o inferior de la boca.
Por tanto, la principal diferencia de este tipo de prótesis respecto a los anteriores es la cantidad de dientes a sustituir.
Al tratarse de una rehabilitación completa, el precio de este tipo de prótesis dental fija también será superior.
al ser fijas, no necesitan ser retiradas tras las comidas para limpiarlas. Y, por supuesto, tampoco para dormir.
funcionan como los dientes naturales y los implantes dentales. Es decir, no se mueven al hablar o masticar y permiten comer cualquier alimento. Esto aporta mucha confianza y seguridad al paciente.
si se han confeccionado adecuadamente -en términos de forma, tamaño y color- no tienen por qué distinguirse del resto de dientes naturales del paciente.
las prótesis fijas están diseñadas para durar varios años y son más resistentes que las dentaduras postizas.
si se coloca sobre implantes dentales, la prótesis fija evita y detiene el proceso de reabsorción ósea, el cual comienza al perder el diente. Es decir, como el hueso ya no tiene la función de sostener el diente, se atrofia.
En cualquier caso, se debe tener en cuenta que, para que la prótesis cumpla la función de ser un tratamiento a largo plazo, es necesario mantener una buena higiene dental diaria. Asimismo, es imprescindible acudir a las revisiones periódicas pautadas por el odontólogo.
De no hacerlo, el tratamiento se podría ver perjudicado y, por tanto, no cumplir con las importantes ventajas que acabamos de mencionar.
en comparación con las dentaduras postizas, las prótesis fijas tienen un precio más alto debido a la mayor complejidad del procedimiento y calidad de los materiales utilizados.
el hecho de que sea un tratamiento más avanzado y complejo también requiere más visitas al dentista. No obstante, estas visitas tienen como objetivo repercutir positivamente en el tratamiento y conseguir un mejor resultado desde el punto de vista funcional y estético.
algunas prótesis fijas que se colocan sobre los dientes naturales, como las coronas o los puentes, exigen tallar determinadas piezas dentales. Sin embargo, esto no ocurre con las prótesis colocadas sobre implantes.
La recuperación tras la colocación de una prótesis dental fija suele completarse sin grandes complicaciones. Sin embargo, es normal experimentar algunas molestias iniciales hasta que la boca se adapta a la nueva estructura.
Después de colocar la prótesis, es posible sentir sensibilidad dental (sobre todo al consumir alimentos fríos o calientes), leve inflamación o molestias en las encías y sensación de cuerpo extraño.
Estos síntomas suelen desaparecer en una o dos semanas. Si persisten o aumentan, es importante acudir al odontólogo para que haga una revisión.
Para que la adaptación sea más llevadera, se pueden seguir las siguientes recomendaciones:
Miriam Alexandre es coordinadora médica del área de Prostodoncia, Estética y Odontología General del Grupo Vitaldent. Es graduada en Odontología por la Universidad CEU San Pablo de Madrid y cuenta con el máster de Prótesis Bucofacial y Oclusión de la Universidad Complutense de Madrid.
Asimismo, Miriam Alexandre es miembro de la Sociedad Española de Prótesis Estomatológica y Estética (SEPES) desde el año 2017, donde ha presentado pósters de investigación clínica en los congresos de 2018 y 2019.